14. Cumpleaños inter vecinales

Cuando en los setenta alguien se marchaba con una secta cristiana de esas que absorbían el cerebro y le alejaban de los suyos se volvía alguien interesante. Cuando alguien ha tenido el típico vecino esquizofrénico que un día se tira por la ventana, se vuelve alguien interesante. Pero hay gente que por muchos años que pasen nunca tendrán algo interesante que contar. Vivirán completamente alejadas de novedades o cosas importantes que les hagan ser admirados. Hasta que un buen día se habrán convertido en gente vacía que van vagando en busca de una vida que jamás se concretara a nada.
No creo que yo pudiese vivir una vida como la suya. Lejana a cosas que contar. Pero si conocí a uno de ellos. Y lo que es peor, el también me conocía a mi. Era cuestión de tiempo que nos acabaron encontrando. Pero antes de contar lo sucedido quiero presentar al protagonista de la historia.

Miquel era un chico diferente. Ya iba camino de los 30 y no tenia nada que le atara al mundo.
Ninguna película le había cambiado la vida, ni una sola canción le había emocionado. Nunca tenia anécdotas que contar porque su vida era pesimamente aburrida. Vamos lo que llamaríamos un inmune a la vida. Miquel era mi vecino, y a titulo general todo el mundo se preguntaba de donde había salido. Desde que un día se instalo en el barrio y de eso ya hacia unos años, nadie había intimado mucho con el. A su manera se había instalado sin pena ni gloria en la comunidad gay y realmente éramos pocos los que hablábamos con el. Solo era de dominio público su nombre. Y si su vida era tan triste como su nombre no era de extrañar el poco interés que despertaba.

El llegaba visualizaba su alrededor tomaba sus bitter Kas y se marchaba. Siempre me saludaba, y yo le devolvía el saludo porque el código inter vecinal así lo exige. Más o menos siempre se sucedía lo mismo. Hasta que un día recibí una invitación en mi buzón. Una invitación para su 30 cumpleaños. Una invitación en papel amarillo y escrita a mano. Llame a varios amigos de la zona y ninguno mas había recibido la invitación amarilla. Así que pronto descubrí que había sido yo solo el escogido para ser deleitado con la fiesta del año.
Pensándolo bien Miquel no me caía mal. Pero es que sabia tan poco de el. No fue hasta que en el mostrador de el corte Ingles la dependienta me pregunto.

Que le gusta a tu amigo?

Me ruborice ipso facto. No sabía que le podía regalar. Así que tímidamente le dije. –Le gusta mucho el color gris- La cara de la dependienta fue un poco confusa. Por un momento pensé en no llevar regalo, pero si verdaderamente mis sospechas se confirmaban y yo era el único invitado, seria feo ir sin regalo. Le compre un jersey de cuello alto en gris marfil. Era precioso, y aunque yo jamás me lo hubiese puesto era ideal para Miquel.
Aun faltaba una semana para su cumpleaños, así que como no tenía su numeración telefónica, decidí ir a darle las gracias por su invitación. Caminando por mi calle me di cuenta de que era feo por mi parte no ser mas simpático con el. Y decidí que si el me había invitado a mi, tal vez era porque yo era el único que le decía hola.
Era vergonzoso que Miquel viviera cerca de mi y no supiera nada de el. Pero era curioso que el si supiera donde vivía yo. Paradójicamente cada 5 de febrero me felicitaba sabiendo que nunca estaba invitado a mis fiestas. Y si hacia días que no nos encontrábamos, le preguntaba a mi abuela si me encontraba bien.
De repente, y haciendo gala de mi temperamento habitual, me ilumine. Miquel era un buen vecino. Si señor! Y lo menos que yo podía hacer, era introducirle en sociedad. Llegaba 5 años tarde, pero era importante estar a su altura. Con mi sweater de bienvenida tenia que ponerme las pilas. Me persone en su casa y con la mejor de mis sonrisas apreté el timbre

Una señora mayor despeinada pero muy simpática me abrió la puerta. Un intenso olor a orina me dejo descolocado. Una voz de hombre viejo y malhumorado en el interior increpaba a la señora quien molestaba en la puerta.

-Buenas tardes señora. Se encuentra Miquel en casa?
-Creo que te confundes, Miquel vive en la casa de al lado.

Mierda! era tan mal vecino que ni sabia en que casa vivía. Así que no me quedo otra que adelantar unos pasos y esta vez mirando el buzón para no confundirme, vi que efectivamente no me confundía nuevamente. Subí las escaleras y en el cristal de su puerta vi mi rostro asustado. Mi pelo no estaba mucho mejor. Y la gomina había despegado el lateral de mi peinado de bienvenida. La raya se estaba abriendo peligrosamente, y lo que era un peinado de nerd se estaba convirtiendo en una antena wifi. En un intento desesperado intente arreglar ese destrozo estilístico con saliva. Frotando fuertemente para aplanar ese mechón rebelde estaba yo, con cara de maniaco fugado y como de costumbre odiando algo me encontró Miquel.

Abrió la puerta y me encontró delante de el frotándome el pelo. Con una sonrisa absurda le dije Hola y el muy serio me miro y me increpo- Me estas espiando?- Preso de la vergüenza mas profunda intente excusarme, pero de repente una carcajada suya me hizo ver que estaba de broma. Tras odiarle intensamente unos minutos, me acorde de mi propósito.

Le mire desconcertado. Claro era broma. Que bobo era cuando me lo proponía! Pero que culpa tenía si no conocía el sentido del humor de ese individuo desconocido. Subí las escaleras que conducían a su puerta y delante suyo le alargue la mano.
Me dio dos besos sonoros que opte por no analizar ya que yo había ido en busca de una buena relación, así que los acepte con cara de circunstancias.

-Que querías?
-He recibido tu invitación y venia a darte las gracias.
-No te hubieras molestado hombre! Con una simple llamada de teléfono hubiese bastado. -Uhmm bueno si, pero es que no tengo tu teléfono.
-No es problema. Pasa si quieres y tomamos un café.
-Gracias muy amable.

Y me adentre ignorando que habría un antes y un después cuando hubiese visto su casa. La decoración era sencillamente antigua. Unos ventanales Art Decó de imitación, las paredes con un papel floreado a conjunto con tapizado de sofá y el bajo de las cortinas. En conjunto parecía el museo del Kitsch. Y no negare que la casa tenía su encanto, pero era ese olor a libro de Biblioteca que me ahogaba. No me quedo otra que preguntarle.

-Y vives solo?
-Si, aun no he encontrado nadie con quien compartir la casa.
-Bueno en este barrio hay poco estudiante.
-No lo conozco mucho la verdad.
-Son gente mayor principalmente. Creo que lo más joven del barrio soy yo.
-Y yo que solo tengo 30 años eh?

Joven? viviendo en esa casa era imposible ser joven. Esa decoración creaba un karma capaz de extirpar cualquier resto de juventud. Pero Miquel encajaba perfectamente en ese hábitat. El suelo crujía la calefacción hacia ruido y de un momento a otro podía aparecer una madre posesiva al mas puro estilo Psicosis.

-Bueno. Quería darte las gracias sinceras por tu invitación.
-Ya lo has dicho antes eso.
-Eh bueno, no esta de mas ser educado no?
-Claro claro...

No sabíamos de que hablar! Así que para sacar tema le pregunte.

-Y que tienes pensado hacer para celebrar tus 30?
-Pues aun no lo se. He recibido varias llamadas de gente que no puede venir.
-Ah.
-Así que me estoy repensando si hago o no la fiesta.

La lastima me consumió. Y no se porque no me quede callado y solté.

-No se cumplen 30 años todos los días Miquel! Esa fiesta la tienes que hacer sin importarte el número de invitados que vengan. Además seguro que tienes muchísimos amigos que si que vendrán. Y algún chico que otro que te guste no?
-No no lo hay. Ni chico y creo que ni amigos.
-Y porque crees que es eso?
-Soy muy tímido. Y no caigo bien a la gente.
-Miquel no puedes decir tampoco que lo hayas intentado.

Con lagrimas en los ojos me empezó a contar una y mil situaciones en las que siempre había acabado como un perdedor patético. Yo no tenia ni idea de que había sido rechazado tantas veces, y me empecé a explicar muchas cosas. Hablamos durante tanto rato que cuando me di cuenta estábamos a oscuras. Realmente era raro. Me conto que le gustaba la oscuridad. Pero como a mi solo me gusta cuando no estoy en el mismo sofá que Norman Bates vi oportuno despedirme.

-Es hora de irme Miquel.
-Ya te vas?
-Si, me esperan.
-Ah, es que has quedado.
-No no me voy a casa que me esperan para cenar.
-Porque no te quedas a cenar?
-En mi casa comer en familia es sagrado. Lo siento de veras.
-Cuando nos veremos? Podemos quedar mañana para desayunar. Te gustaría?
-Llámame y lo concretamos.

Virgen santa! Nadie había quedado conmigo para desayunar, porque todo el mundo sabia que no me levantaba antes de las 3 de la tarde. A ese ritmo seriamos vecinos íntimos y a mi Miquel me daba mucha angustia. Cuando llegue a casa mi abuela estaba aun mirando la televisión. Me senté en la butaca de al lado y le pregunte quien vivía antes en la casa de Miquel.

-Su madre.
-Y ahora donde vive ella?
-Murió hace 10 años.
-De que murió?
-La encontraron muerta en su cama.
-Su hijo Miquel?
-Dicen que si. Vivian juntos en esa casa.
-Ellos dos?
-Y su padre.
-El padre murió también?
-El padre les abandono.
-Y eso?
-La madre de Miquel era una mujer muy posesiva, y el padre estaba harto de los dramas que montaba ella. Cada dos por tres tenias que venir la policía. Hasta que un día el se marcho y no volvió mas.

-Y Miquel donde estaba?
-A ese niño lo tuvieron ya de mayores ellos dos. Dicen que el medico les aconsejo no tenerlo porque una mujer que da a luz tan grande puede parir un niño poco sano.
-Y Miquel ha vivido siempre en esta casa?
-Siempre han vivido en esta casa. Lo que pasa es que cuando la madre murió a Miquel lo internaron una larga temporada. Se volvió loco y consumido de dolor. Aunque no lo entiendo porque esa madre le tenia en un sin vivir.
-Le maltrataba?
-Hoy le llaman esquizofrenia, pero en esos tiempos no se conocía y esa mujer estaba tachada de loca.
-Crees que Miquel también lo sea?
-A que viene tanta pregunta?

Y me calle. Ya vi que para mi abuela los únicos reporteros de su agrado eran los de España directo. Era muy curiosa toda esa historia pero Miquel era buena persona, y hoy la medicina adelantaba cada día un poco mas. Cuando ya estaba pensando en no abandonar nunca mas mi nuevo vecino intimo, me despertó su llamada. Miquel me pregunto si al final iríamos a desayunar. Mire por la ventana y vi que su casa estaba completamente a oscuras. Le pregunte si ya dormía y me dijo que se acababa de sentar a cenar. Un escalofrió me recorrió el cuerpo y algo en mi interior me obligo a decirle que si, que iríamos a desayunar. La verdad, prefería desayunar con un loco, a ser su desayuno.



2 comentarios:

el Shysh dijo...

Ese Miquel podría convertirse en un protagonista de novela a poco que lo intentaras. Le has dotado de misterio y una historia familiar interesante y eso gusta a los lectores (en este caso debería ser más concreto y decir que me gusta a mí)

Sandum dijo...

(Yo se que no es mi problema, pero no me gusta este layout de ipod!)

Vaya ese miguel si que es creepy, que eso de sentarse a comer a oscuras... Yo si soy un poco solitario, pero no llego a esos extremos, y de seguro si hago una fiesta vendra gente... Saludos!