36. Encuentros en el templo del Fast Food.


Que yo no viva en Paris, me facilita aún más las cosas. Sobretodo a la hora de pensar en el amor, la primavera y esas superficialidades que pasan por la mente de un post adolescente excesivamente extravagante como yo.
Nunca he dudado que en Paris vive mi versión 2.0, un TH perfeccionado. Que no se deja ver en McDonald’s sudados, ya que prefiere ir de picnic al Bois de Bolougne.

Eso lejos de calmarme, hace que me enfurezca. Me pregunto porque en Barcelona no hay más zonas verdes, para que yo pueda hacer picnics en ellas. Pero como toda Barcelona esta abierta por las obras, seria imposible plantar en lo alto de Paseo de Gracia una torre Eiffel. Por suerte para mi, estos deseos duran poco en mi mente atormentada. Y siempre acabo sentado en McDonald’s.

Mi abuela siempre dice que todo el día estoy comiendo basura. Y no le falta razón. Aunque la verdadera razón por la que me gusta ir al templo del fast food, es por la combinación de mis jeans de Up to 375$ y las sillas de PVC. A veces me gusta imaginar quien pudo estar sentado antes que yo en esa silla. Pero el otro día tuve que posponer ese juego tan personal, porque un chico que estaba barriendo me saludo por mi nombre.

Muchas personas saludan a otras que ni conocen por simple decoro, pero ese chico dijo mi nombre. Debía imaginar que ese chico me conocía, pero el simple echo de que trabajara en McDonald’s, me dificultaba recordar en que momento de mi vida me pudo ser presentado.

Por un momento el pánico me invadió. Tenia que aprender a beber. Y sobretodo a esconder según que información al que algún día tendría que ser mi marido. Siempre que bebía un poco más de la cuenta, le contaba mi vida al primero que pasaba. Pero por mas que me esforzaba, tampoco conseguía mentalizar el momento en el que me emborrachara en McDonald’s.
Aunque usando la lógica. Esa cadena de comida rápida hacia mis funciones culinarias, y ese chico escucharía mi nombre en algún momento, o lo podía haber leído en mi tarjeta de crédito. Pero lo curioso es que su cara me era enormemente familiar.

Una excitación interior iba creciendo paulatinamente. Tenia que encontrar una excusa para tener contacto con él.
Así que después de varios intentos me encontré con su turno. Y con una excusa poco original me dirigí a él.

-Disculpa, ¿tienes un sobre de Mahonesa?
-Claro, son 30 céntimos. Aquí tienes.
-Muchas gracias.

Con esta mierda conversación, era totalmente imposible ponerle nombre al susodicho. Y encima no llevar gafas por eso de hacerme el interesante, me dificulto ver su cara. Por suerte, él chico me dio más conversación, antes de que mi conversación conmigo mismo con un sobre de mahonesa en la mano me hiciera quedar como un retardado mental.

-¿Tienes suficiente con un sobre?
-Eh, ¡Si! ¿Pero podría ser Light?
-Esta ya es Light.
-Ah, oh… Pero como has sabido que la quería Light.
-Porque tu todo lo comes y bebes Light.
-Y que curioso que desayune, almuerce, meriende y cene en McDonald’s.
-Paradojas de la vida. Aunque estás mucho mejor ahora que no cuando estabas tan delgado.

Algo no cuadraba. Tenia entendido que los turnos de burguer eran largos. ¿Pero tanto como para recordar cuando yo tomaba clenbuterol, y perdía 3 kilos semanales? ¡Eso era explotar a la gente! Al final él chico hasta ese entonces anónimo, se puso al mando de la conversación, dejándome a mí en ese plano perpetuo de chico mono que soporta una gran presión.

-Hoy has venido solo.
-No quería comer en casa, y por eso vine.
-¿Donde estás trabajando ahora?
-Estoy haciendo de estilista de moda no titulado.
-¿Ya no haces eso de las tendencias?
-Coolhunter está obsoleto, a parte es muy sacrificado y, ¡espera! ¿Cómo sabes tu eso?
-Uno que pregunta por ti. Aunque veo que no te acuerdas de mí.
-Pues ahora mismo No. Lo siento.
-¿Con quien te sentabas tú en el colegio?
-¡No me lo puedo creer! ¿Nicolás eres tú?
-Si, soy yo. Pero todo el mundo me llama Nico.
-Cuantos años hace. ¿Pero que estas haciendo tú aquí?
-Mira, uno que no ha tenido tanta suerte como tu.
-Lo que es la vida ¿eh?
-Ya hace días que quería decirte algo. Pero como siempre vas tan bien acompañado.
-¿Y porque no has venido nunca?
-Bueno, tampoco quiero que tus amigos chismorreen si te ven hablando con un cualquiera.
-Me ofende que pienses eso de nosotros
-Bueno de ti no lo se. Pero cuando vas con tus amigos eres distinto.
-Tal vez el problema pueda ser tuyo.
-¿Mio?

-Por querer vivir estancado en el pasado.
-No quiero discutir.
-Es mejor no hacerlo. Pero esta tarde quiero que merendemos juntos, y así veras que no he cambiado tanto.
-Me gustaría mucho de veras.
-Pues esta tarde a las 6 en Sandwich&Friends. Que tenemos mucho de que hablar.
-Allí estaré.

Me entristecía que Nicolás pensara que yo era diferente. Al fin y al cabo con él había pasado absolutamente toda mi infancia. Y no pensaba permitir que nuestras vidas actuales nos distanciaran. Así que para que conociera a mi Yo actual, decidí invitar a mis amigos. Opté por no advertirles que venia alguien nuevo, así como tampoco le dije a Nicolás que no estaríamos solos. Y a pesar de que Nicolás era heterosexual podría ser el artista invitado a mi elenco de chicos de color de rosa.

Sentado en Sandwich&Friends con Pelayo y Ricochet. Hablando de los últimos cotilleos. Y Nicolás entró por la puerta quedándose blanco como el papel. Se sentó en nuestra mesa, y delante de la cara de asombro de mis amigos dijo;

-Ya te vale. Pensé que vendrías solo. Me voy a casa, ya nos veremos.

Inconscientemente me vi corriendo tras él. Y el me miró con cara de pocos amigos.

-¿Querías reírte de mi verdad?
-¡No digas bobadas! Aquí nadie se quiere reír de ti.
-¿Y entonces porque has venido con esos?
-Esos quieren conocerte.
-¡Porque tú les obligas!
-Tú eres una persona muy interesante y dejas que tu empleo te condicione
-Lo que pasa es que no quiero que un par de pijos se rían de mi.
-¿Eso es lo que crees de mi? ¿Que soy un pijo que se cree mejor que los demás?
-Y que encima se avergüenza de su pasado dejando a los demás como una mierda.
-Nicolás ¿Cual es tu problema? El que no se reconoce eres tu
-¿Yo porque?
-Eres tú el mediocre que se ha conformado con lo primero que le ha venido, un empleo de mierda en un sucio McDonald’s.
-Yo nunca he hecho nada de lo que me pueda avergonzar.
-¿Y yo te puedo asegurar que tampoco!
-Has cambiado Toni. Tú ya no eres el mismo.
-Entre otras cosas porque mi personalidad es esta y tu estas agarrado al pasado.
-Pues entonces no quiero saber nada más de ti.

Y así fue como se rompió la última cosa que me podía atar con nostalgia a mi pasado. La superficialidad volvería a cubrirme con su manto. Mi oportunidad de ganar un poco de humildad acababa de evaporarse delante de mí. Cuando entré Ricochet y Pelayo hablaban sobre el intento de secuestro de un directivo de la Nestlé. Pero pareció ser que mi presencia les intrigo mas que el final del magnate.

-¿Estabas hablando con ese del Burguer?
-¡Pero que dices! ¡Como quieres que hable yo con un empleado!
-Pues hemos visto como se sentaba en esta mesa y te hablaba de tú a tú.
-Es un atrevido.

-Ah, ya nos extrañaba.

Me di cuenta que al Toni de Paris esas cosas jamás le pasarían. Porque entre otras cosas en la ciudad de la luz los chicos como yo no van a la escuela, para evitar accidentes tan desagradables como ese en sus prometedores futuros.

1 comentario:

BLANK dijo...

:O
eres lo peor!! xDD
me recuerdas a mi en mis tiempos de niñato malcriado!! xD
bueno haha! yo era un poco peor que tu xD
la clase y el estilo los hacen la educacion, no el dinero ni el puesto de trabajo.
porcierto! no me acuerdo haberme pasado jamas por este blog!! :S
pero me gusta tu wannabeismo :D
LOL
XOXO