50. Monogamía unilateral.

Barcelona es ciudad de costumbres. La eterna capital minúscula donde todo el mundo se conoce. ¿Y que mejor entonces que dejarse ver haciendo algo tradicional y que huela a costumbre autóctona?
Muchos lo ignoran pero bajo el asfalto de la ciudad condal hay más vida. De 6 de la mañana a 12 de la noche se encuentra la madre de las líneas de metro.


La Línea Roja que cruza perpendicularmente toda la ciudad. Subiendo en plaza España puedes llegar hasta el fondo y puerta de los barrios de extrarradio en poco menos de 45 minutos.

Bajo esas ceras de baldosas florales que llenan ambos laterales de Paseo de Gracia se encuentra un submundo ajeno a todo lo que huele a lujo en el exterior. En el metro no llueve ni nieva. Hay una Banda sonora que evoca viajes lejanos, gente que habla en todo tipo de idiomas, trabajadores que no pueden o quieren subirse a un taxi. Gente que vive totalmente absuelta en la lectura de sus periódicos gratuitos, amas de casa, estudiantes de intercambio, gente que maldice predice el fin del mundo, personas que se desesperan porque no encuentran cobertura telefónica.

En fin: Una fauna que solo desconocíamos Ricochet, Pelayo y un servidor.

Era un domingo por la mañana. Caminando por la calle Brusi en dirección a casa Sagnier nos encontrábamos. Hablando sobre mi relación con Gustavo desde la perspectiva rosada. Pelayo estaba encantado, pero Ricochet tenía serias dudas sobre el asunto.

Era la típica mañana dominical en la que las familias felices pasean y van a comprar el periódico. Entre ese paisaje tres homosexuales resacosos iban discutiendo entre los pros y los contras de una relación monógama.

Ricochet escenificaba el drama de llegar a una edad en la que tener una relación era casi una obligación moral. Por suerte o por desgracia, no tardo en salir a la luz la duda que planea sobre un homosexual a las puertas de la monogamia.

-¿Como se supone que afronta la infidelidad, alguien tan promiscuo como un homosexual?
-Gustavo y yo no hemos tenido sexo. Y de todas maneras, solo nos estamos conociendo.
-A mi lo único que me preocuparía, es que el amante de mi novio usara calzoncillos de mas de 100 euros.
-La infidelidad esta ligada a la homosexualidad.
-Los homosexuales somos promiscuamente encantadores. No se porque algunos se intentan convencer de que no es así.
-Sabes que la monogamia nunca ha sido contemplada como una primera opción, pero temo que Gustavo pueda acabar pidiéndome una relación monógama.
- Por el amor de Dios. ¿Eres el único que no se ha dado cuenta de que Gustavo ya tiene una relación monógama contigo?
-Vaya. Veo que tendré que empezar a hacer algo si no quiero que esta sea unilateral.
-Jamás me veréis cambiar el monogram de mi Vuitton por una monogamia.
-Eres todo un chico de principios jajaja.
¿Como podéis ser tan frívolos? Gustavo le puede dar a Toni muchas cosas que no os va a dar nunca un bolso.
-Pelayo no seas tan puro y casto. Yo he tenido verdaderos orgasmos acariciando un bolso. Pero en parte tienes razón. Ha de ser enfermizo llegar a eyacular solo acariciando la piel de un bolso.
- ¿Nos podemos centrar en el tema? Hablo de que Toni tiene la oportunidad de salir con una persona que le quiere tal y como es, y no por lo que tiene.
-¿Y que es eso que tengo?
-Bueno…
-Porque vamos a engañarnos. Tienes antecedentes, haces terapia desde tu infancia, te prometiste a los 21, transformaste a un chico heterosexual en tu sombra para luego echarle de tu vida.
*
-Ya veo. Solo tengo secretos.
-Eso no es malo. Te hace una persona digamos curiosa.
-Yo no quiero ser curioso. Quiero ser transparente. Tal y como Gustavo lo ha sido conmigo. No me interesa ocultar nada, pero reconozco que tampoco tengo una vida muy explicable.
-¿Explicable como tal se puede usar?
-¡Pelayo! Ahora no es momento de síntesis, gramática y léxicos aplicable a las frases descriptivas.
-Perdón perdón.
-No estoy seguro, pero creo que Brusi es la calle colindante. Así que finiquitemos tema, porque Gustavo estará alerta y no quiero que escuche más acerca del tema.
-Personalmente creo que Pelayo tiene razón. Tú quieres tener una relación pura con Gustavo, y de momento tendrías que puliendo la superficie.
¿Qué quieres decir?
-Que vayas dándole titulares. Le vayas introduciendo a esos temas que tanto pueden impactarle con pequeñas anécdotas. Incluso puedes hacerlo dándole menos importancia de la que tienen.
-Eso se llama mentir.
-Si me arrastras a exposiciones un domingo por la mañana ya podrías mentir también de vez en cuando.
-Solo os pido que vayamos de vez en cuando a exposiciones. Que hagamos cosas normales. Una exposición de vez en cuando no nos puede hacer daño.
-¿A caso crees que es a la primera exposición a la que voy? Cuando tenía 15 años mi madre me suplico que la acompañara a una exposición que presento en una galería de arte la amante de mi padre. Mi madre quería ver si era mas guapa que ella, pero había demasiado gente, y acabo llorando en el retrete borracha de Don Perignon.
-Los genes de México D.F tenían que salir por algún lado. Pero esta solo es una exposición de Anna una amiga de Gustavo. Me ha pedido que viniéramos.
-Hemos venido por ti. Pelayo y yo no apoyamos el arte lésbico de la amiga de tu pareja con la que tienes una relación monógama unilateral.
-Gracias por ser tan preciso. Solo es arte de una chica que tiene un mundo interior muy rico.
-Las lesbianas nunca guardan nada para si mismas. Siempre tienen la necesidad de expresar con ese toque de nihilismo, lo que un marica proclamaría de manera histriónica.
-Hemos llegado. Por lo que más queráis. Comportaros. Aquí no hay champagne, ni canapés, ni servicio al que acosar en los retretes. ¿Entendido?
-Tenemos una mundología muy versátil. ¿Verdad Ricochet?
-Son las 12 de la mañana y aún voy sobrio. ¿Qué diría mi mamá de esto?

La casa Sagnier es una de esas casas del pueblo. Pero a diferencia de las que se llenan de Hippies haciendo malabares, en esta la cultura se palpaba en cualquier esquina. Gracias a unos contactos Anna la amiga lesbiana de Gustavo, había podido exponer en casa Sagnier y no en un cobertizo cutre de las afueras. Como agradecimiento me pidió que asistiera con amigos, en parte agradecimiento público, pero entre nosotros para llenar una exposición que no se aguantaba por ningún sitio.
Gustavo me cogió de la mano justo cuando iba a mofarme del primer cuadro junto a Ricochet, llevándome justo al lado de su amiga. Todo el mundo mirándonos, y Anna la amiga Lesbiana de manera muy solemne dijo. -Quisiera dar las gracias a Antoni porque gracias a él he podido exponer en Casa Sagnier. Sin él no hubiese sido posible. Muchas gracias Antoni. No supe muy bien que cara poner, así que puse cara de aludido y sonreí de manera dominical a todos aquellos hijos del Indie Catalán. La gente aplaudió y mi sensor de centro de atención se encendió.

Cuando pude soltarme de Gustavo fui en busca de mis amigos. Ricochet y Pelayo discutían sobre un cuadro donde una mujer daba a luz en mitad de un estercolero. Acercándome a ellos vi como con recelo iban a darme su opinión sobre mi minuto de gloria.

-Se ha notado demasiado que estaba obligada por Gustavo a darte las gracias. Una lesbiana nunca se deja pisar sin antes reivindicar por lo que es suyo.
-¿Y tu como sabes tanto de lesbianas?
-Son las enemigas naturales de los maricas. Ellas se mueren por tener nuestro pene.
-Y tú por tener sus caderas y no por eso ha de ser verdad lo que dices.
-Que iluso eres. Incluso Pelayo se ha dado cuenta. ¿Verdad que si?
-Toni, coincidirás con nosotros en que huele mucho. Ana ni siquiera te ha llamado, ha sido el propio Gustavo el que ha venido a buscarte.
-Las lesbianas nunca me han gustado. Pero Gustavo si me gusta. Yo he respetado a todos los garrulos de polígono que te han follado, así que intenta respetar a este chico. Te prometo que si esto no sale bien, me resignare y me entregare al rosado cual fiel a su credo.

¿Qué era lo peor que podía pasarme? Mis amigos y Gustavo eran paralelos. Como la línea roja y la amarilla de metro. Todo indicaba que posiblemente él podía haber pedido a Anna la lesbiana que me alabara en público. ¿Pero porque? Tal vez Gustavo creía que me tenía que dar las gracias de manera plural solo porque yo había echo algo de manera altruista. O tal vez podían pensar que un chico de la parte alta de la ciudad no hacia nada caritativo sin un eslogan por medio.

Eran demasiados TAL VEZ para una sola cabeza. No fue hasta que me vi sentado en la consulta de mi terapeuta, que pude darme cuenta de que esas dos sesiones por mes, no eran suficientes para mí.

Cuando eran casi a diario, nunca me pasaba nada digno de mención. Ahora que mis sesiones eran quincenales, las llenaba de dramas, crisis e histrionismo. Mi terapeuta lo tenía claro;

-Estamos delante de un claro caso de adicción al psicoanálisis. La psique trabajaba en contra de tú voluntad, magnificando cualquier incidente en temario para más y más sesiones.

Llorando delante de ese diagnostico me sentí aún mas lejano a Gustavo.

* Leer Capitulo 6. Superficialidad en tiempos de Musicassette.

4 comentarios:

el Shysh dijo...

bien narrado, me he quedado con ganas de +

Fuzz dijo...

Yo también! :)
Tú forma de escribir es adictiva.
Estoy deseoso de otra de tus narraciones!

Besos,
Toni :)

BLANK dijo...

hahahahahaha!!
yo me parto me mondo y me troncho
en cuanto te acerques a un ordenador quiero saberlo TODO sobre el tal gustavo...!!!!

amazing que yo no sepa NADA!!
saben que nosotros no hacemos nada gratis, necesitamos una recompensa en forma de gratitud social. imposible es negarlo!
haha

always yours.
LOL
XOXO

Thiago dijo...

Bueno, a mi me gusta ir a las exposiciones pq me gusta ver a la gente bienpensante, tuberculosos intelectuales como se lanzan sobre los canapés de gorra...

Hubo un tiempo en que mi idolo era Ricochet, pero creo que ahora está gordo, calvo y tb. va en el metro leyendo esos diarios gratuitos, además.

La monogamia unilateral es idiota sobre todo para el unilateral, pues la palabra de moda, cari -me extraña que no la sepas tú- es multiculturalismo, multilateralismo y todo lo empezado en múltiple, jajaj


Bezos, te quiero.

Thiago.